Julio Alberto endulza su futuro con jamoncillos tras superar adversidades

Lo que podría considerarse una rutina comercial común, cobra un significado especial cuando conocemos su historia de superación y compromiso con su comunidad.

Julio Alberto, un valiente comerciante, se enfrenta diariamente a las calles de Guaymas y Empalme para vender jamoncillos con el objetivo de solventar los gastos de su vida.

Lo que podría considerarse una rutina comercial común, cobra un significado especial cuando conocemos su historia de superación y compromiso con su comunidad.

Julio no solo es un vendedor ambulante; es también un miembro activo del centro de rehabilitación "Dios Proveerá", ubicado en el sector de La Cantera. Este centro cristiano se dedica a brindar apoyo a personas que luchan contra problemas de alcohol y drogas.

Ingresó a este espacio en busca de ayuda y, ahora, dedica parte de su tiempo a salir a las calles para vender, contribuyendo así al sostenimiento del centro que le ha ofrecido una nueva oportunidad en la vida.

Esfuerzo compartido

En sus propias palabras, Julio destaca la importancia de este esfuerzo compartido: "Es como un pago para ellos. Yo apoyo, salgo y a veces doy información para el centro a otras personas que van y internan a sus familiares, amigos, hombres y mujeres". Su participación en esta actividad no solo le proporciona una manera de contribuir económicamente sino también una forma de apoyar a otros que buscan el camino de la recuperación.

El comerciante reconoce la difícil situación de quienes, al igual que él en el pasado, no tienen los medios para cubrir los gastos diarios, especialmente aquellos que viven en la calle. Los recursos generados por la venta de sus productos ayudan a cubrir necesidades básicas como agua, luz y alimentación.

Con una perspectiva altruista, Julio destaca la importancia de apoyar a las familias de aquellos que luchan contra la adicción: "La familia es la que más sufre junto con el adicto. Hay que motivarlos para que le echen ganas a la vida; la vida es bonita, nada más que en el mundo ese no sabemos vivirla".

La jornada de Julio comienza temprano, alrededor de las 8:00 horas, extendiéndose hasta las 14:00 horas. Durante este horario, recibe el respaldo de las personas que adquieren sus productos, ya sea un jamoncillo, un chocolate o una moneda.