A 12 años de pontificado, Leonardo Boff sale en defensa de Francisco

"A 12 años de pontificado, Leonardo Boff sale en defensa de Francisco", escribe Irene Selser en #Entrevías

Este 13 de marzo, el papa Francisco cumplirá 12 años al frente del Vaticano. Su estado de salud sigue siendo crítico y de hecho el lunes sufrió otra crisis respiratoria, la tercera en casi tres semanas de hospitalización. El Papa no podrá participar en la procesión y misa de este miércoles que marcan el inicio de la Cuaresma, mientras cientos de católicos de todo el mundo siguen reuniéndose en la Plaza de San Pedro para orar por su salud. Entre los asistentes hay miembros de la comunidad LGBT, que reconocen el papel del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 1936) al abrir las puertas de la Iglesia a la diversidad sexual. De ahí el temor a que el Vaticano, cuando llegue el momento, busque un próximo Papa más conservador para frenar el cambio.

Muy lejos quedaron las acusaciones -infundadas- por la presunta colaboración de Bergoglio con la última dictadura argentina (1976-1983), mereciendo su papado el respaldo de figuras emblemáticas de los sectores progresistas de la Iglesia, como el exsacerdote franciscano, filósofo y ambientalista brasileño Leonardo Boff (1938), uno de los fundadores a fines de 1960 de la teología de la liberación, junto al teólogo peruano Gustavo Gutiérrez y el sacerdote también brasileño, Rubem Alves.

En enero pasado, previo a su crisis médica, Boff defendió en un largo artículo al papa Francisco tras “diez años de furiosos ataques desde el inicio de su papado, de parte de cristianos tradicionalistas y supremacistas blancos casi todos del Norte del mundo, de Estados Unidos y de Europa”, afirmó (https://www.religiondigital.org/opinion/Leonardo-Boff-Levanto-Papa-Francisco_0_2633436642.html). Denunció a la vez la “articulación política” de estos sectores “con ricos laicos norteamericanos, hasta hicieron un complot, involucrando millones de dólares, para deponerlo, como si la Iglesia fuese una empresa y el Papa su CEO”.

Para Boff, en su momento censurado y obligado al silencio por el papa Juan Pablo II y su mano derecha, el cardenal Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) en el marco de la cruzada vaticana contra la teología de la liberación, las razones de la persecución al papa Francisco son varias y siguen vigentes: “razones geopolíticas, disputa de poder, su modo de ser como Papa pastor, otra visión de la Iglesia y el cuidado de la Casa Común”.

Boff reivindica la importancia del Gran Sur, “la periferia del mundo”, para la vida y sobrevivencia de la Iglesia católica, ya que 82% de los católicos del mundo viven en el Sur (48% de ellos en América), cuando a mediados del siglo XX la Iglesia católica era del primer mundo.

“Ahora la Iglesia del tercero y cuarto mundo, que un día tuvo origen en el primer mundo es numéricamente la que garantiza la existencia de la Iglesia católica”, añade Boff y resalta la importancia, frente al pensamiento europeo y de los conservadores estadounidenses, de esta otra Iglesia defendida por el papa Francisco con una visión “comunitaria”.

De acuerdo con Boff, lo que más ha escandalizado a los cristianos tradicionalistas en contra de Francisco “es su estilo de ejercer el ministerio de unidad de la Iglesia”, al dejar de presentarse como el pontífice clásico, vestido con los símbolos paganos, tomados de los emperadores romanos, como la capita blanca o “mozzeta”, sino que la cambió por otra más sencilla como la que usaba el obispo de Brasil, Helder Câmara y una cruz de hierro austera, sin ninguna joya.

También Francisco, exarzobispo de Buenos Aires, renunció a los títulos honoríficos habituales y en el anuario pontificio sólo escribió Franciscus, pontifex; además de que rechazó vivir en el palacio vaticano y ocupa una simple casa de huéspedes, Santa Marta: “Allí entra en la fila para servirse y come junto a todos. Con humor podemos decir que así es más difícil envenenarlo… No calza Prada, sino sus zapatones viejos y gastados… Y dijo claramente que no iba a presidir la Iglesia católica con el derecho canónico sino con el amor y la ternura”.

Para Boff, doctor en Teología y Filosofía y autor de más de 60 libros sobre teología, espiritualidad, filosofía, antropología y mística, el gran problema de la Iglesia católica como institución reside, desde los emperadores Constantino y Teodosio, “en la asunción del poder político, transformado en poder sagrado (sacra potestas)”. De esto se alejó Francisco, dice, lo que indignó a “conservadores y reaccionarios”, como lo expresa el libro de 45 autores, “De la paz de Benedicto a la guerra de Francisco” (From Benedict’s Peace to Francis’s War, 2021), coordinado por el teólogo tradicionalista estadounidense Peter Kwasniewski.

Boff denuncia el “choque de geopolítica religiosa” entre el Centro, “que perdió la hegemonía en número y en irradiación, pero que conserva los hábitos de ejercicio autoritario del poder y, la Periferia, numéricamente mayoritaria de católicos, con iglesias nuevas, con nuevos estilos de vivencia de la fe y en permanente diálogo con el mundo”, por lo que coincide con la visión del papa Francisco, “no de una iglesia-castillo, encerrada en sí misma, en sus valores y doctrinas, sino una Iglesia ‘hospital de campaña’, siempre ‘en salida rumbo a las periféricas existenciales”.

Sobre el escenario que se abre ante la voluntad del presidente Donald Trump de desmantelar la política climática y energética de la era Biden, Boff alude a lo que llama la “obra más importante” del papa Francisco, su encíclica “Laudato si'” (Alabado seas, 2015) sobre el cuidado de la Casa Común, el planeta; ciertamente una carta pastoral que se pone a la cabeza de la discusión ecológica contemporánea.

Ahí el Papa elabora más que una ecología verde, dice Boff, una “ecología integral” desde una perspectiva humanista y solidaria, que abarca el ambiente, la sociedad, la política, la cultura, lo cotidiano y el mundo del espíritu, en el entendido de que “estamos en el mismo barco: o nos salvamos todos o nadie se salva”.